“Todos esperamos que cada año te va a llegar esta ayuda, porque así ha sido desde que empiezas a estudiar”

Desde su fundación en el año 2016, la Corporación Norte Pesquero (CNP) tiene un fuerte espíritu social, donde cuenta –dentro de sus líneas de acción- con las ayudas educacionales para hijos de trabajadores del mar. Además, junto a la Asociación de Industriales Pesqueros del Norte Grande A.G. (Asipnor), canaliza los aportes directos de la industria pesquera y toda su cadena productiva de la macrozona norte, manteniendo este tipo de beneficios por los últimos 20 años.

Justiniano Ayala tiene 24 años, actualmente cursa segundo año de Trabajo Social en la Universidad Santo Tomás sede Iquique. Hijo único, vive con sus dos progenitores y su tiempo libre lo dedica a una de sus pasiones: la música. Justiniano, al igual que otros 247 jóvenes hijos de pescadores artesanales de la macrozona norte del país, recibieron el aporte educacional brindado por la Corporación Norte Pesquero.

¿Hola, Justiniano?... “Sí, con él. ¿Cómo está?”. Así comienza el primer contacto con el joven estudiante, que tiene una vida ligada al mar, debido a que su padre, José Ayala es un pescador artesanal de la zona. Él lleva recibiendo el beneficio durante los últimos cuatro años –anteriormente había estudiado la misma carrera, pero por diferentes motivos tuvo que dejarla- y cuanta en qué utilizó el dinero. “Esto me ha ayudado a financiar la compra de un computador. Estamos en la era digital, sumado a la pandemia, las clases han adquirido una nueva modalidad y ahora todo es online”, señala.

Vinculación entre las nuevas generaciones

Justiniano destaca el aporte íntegro hecho por CNP, no solo la ayuda en términos financieros, sino también ha fortalecido la relación de las nuevas generaciones. “Valoro mucho el aporte porque es indispensable para los hijos de los pescadores artesanales, y además tiene otras cosas positivas: existe una comunicación y se genera una red entre las distintas generaciones de la pesca, se crea un vínculo por el simple hecho de estar insertos en la Corporación Norte Pesquero. Todos esperamos y sabemos que en mayo o junio de cada año te va a llegar la ayuda, porque así ha sido desde que empiezas a estudiar y eso es bacán. Yo he conocido hijos de otros pescadores gracias a esto, se preserva una identidad”, indicó el joven.

Cambio en la forma de estudiar y vivir

Justiniano está consciente de los cambios que ha traído la crisis sanitaria que afecta al país, indicando que la forma de estudiar fue lo primero que cambió. “Es totalmente diferente, ha cambiado. Lo bueno es que en mi caso y dentro de las ciencias sociales, no es muy difícil. Hay que estar atentos, prestar atención a la pantalla (dentro de las clases online) y adquirir conocimientos teniendo un punto crítico. Obvio que hay falencias, pero eso se ve más en las personas que estudian carreras donde se necesita más práctica para el desarrollo profesional”. En la misma línea, el vocalista de un grupo local cree que se les ha hecho difícil, pero han buscado la forma de salir adelante. “Nos ha costado, pero como músicos, nuestro trabajo no es solo tocar en vivo, apelamos a los temas que teníamos grabados de antes”, concluyó el futuro trabajador social.


Estos aportes educacionales, son entregados año a año a quienes cursen estudios superiores en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta y cumplan los requisitos de ser hijos o cargas directas de pescadores artesanales de la macrozona norte.

Información adicional

  • epigrafe: Justiniano Ayala, hijo de pescador artesanal:
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