En los últimos cinco años, la Corporación Norte Pesquero (CNP), mantiene vigente sus cuatro líneas de acción, donde una de las más importantes son los aportes educacionales para hijos de pescadores artesanales de la macrozona norte del país. Este año, 225 jóvenes recibieron este beneficio, mientras que 1.246 aportes se han concretado desde 2017 a la fecha.
Uno de los términos más utilizados en el último tiempo es la llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE), donde las empresas se hacen cargo de vincularse y ayudar a la sociedad donde están inmersas. En este caso, las pesqueras Camanchaca y Corpesca, canalizan diversos aportes directos a través de la Corporación Norte Pesquero y la Asociación de Industriales Pesqueros del Norte Grande (Asipnor) para los pescadores artesanales de la macrozona.
“¿Hola, con quién hablo?”. ¿Danisa? “Sí, con ella”. Así comenzó el primer llamado telefónico con la joven estudiante (23 años) de derecho de la Universidad de Tarapacá, con una voz enérgica. Nieta del pescador artesanal Héctor Faúndez, del Sindicato de Trabajadores Independientes de Pescadores de Altura de Arica, habla sobre su vocación con su carrera, los cambios que ha traído la pandemia y el valor de los aportes educacionales entregados por la Corporación Norte Pesquero.
“Siempre me llamó la atención el derecho, lo encuentro interesante. Al investigar más sobre la carrera y profesión me decidí: ‘esto es lo mío’, dije. Ahora al estar en tercer año, puedo decir que me apasiona cada vez más. Lo encuentro lindo, porque siempre hay algo nuevo que aprender”, comentó la mayor de tres hermanos.
Cambio de vida y enseñanza
Danisa era una joven que disfrutaba de los deportes al aire libre, salir y por sobre todo compartir con sus compañeros de universidad sin despreocupar los estudios. Debido a la crisis sanitaria que cruza el país, todo eso cambió. “Me gustaba hacer deporte al aire libre y ha sido complejo, porque no se sabía qué pasaba, no se podía salir y no existía un horario para hacer deporte, por suerte ahora está la franja horaria”. Además, Danisa pasaba gran parte del día en las dependencias de su alma mater, hecho que desde el año pasado cambió de forma rotunda. “Ha sido fuerte, la enseñanza y aprendizaje que uno recibe en clases online nunca se va a comparar a las clases presenciales. Mi carrera tiene muchos ramos donde se necesita hablar con el profesor cara a cara. No bajé las notas, pero el cambio personal, mental, el estrés y desorden que se genera en la casa ha sido algo fuerte de superar”, precisó la estudiante.
Aportes educacionales
Desde que comenzó sus estudios, Danisa ha sido parte de los más de 1.200 jóvenes que han recibido los aportes educacionales, para ella son muy valiosos. “Son muy buenos y se han hecho más necesarios en pandemia. Yo pasaba mucho en la universidad y no contaba con un área de estudio en mi casa y gracias a este aporte he podido crear mi propio espacio de estudio. Me ha servido para comprar libros y códigos que no están en internet y son caros”. En la misma línea, Danisa valora a quienes hacen posible estas ayudas, ya que cree que más allá del dinero, juegan un rol mental clave. “Doy gracias a quienes han sido parte de esto, a la Corporación y los responsables de entregar estos aporte. Me han servido mucho y no solo a mí, también a otros estudiante, más allá del aporte en dinero, esto es un gran incentivo para seguir estudiando”.
Estos aportes educacionales, son entregados año a año a quienes cursan estudios superiores en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta y que cumplan los requisitos de ser hijos o cargas directas de pescadores artesanales de la macrozona norte asociados a la Corporación Norte Pesquero.